NO NOS QUEDA MAS QUE RESISTIR Y REBELARNOS
Los desalojos en contra de la comunidades mayas: Chi’ ax, Doce Aguas, Pancoc, Pamojon, Washinton, Dos Fuentes, Xintun y ahora Chapin Abajo y la venta de tierras de los pueblos originarios, por parte de las municipalidades, de El Quiché, Montufar, Palin y en otros territorios indígenas, con apoyo del Colegio de Abogados de Guatemala, el Ministerio Público y la Fiscalía contra la Usurpación, la Corte Suprema de Justicia, y no reconocer el derecho histórico de la tierra y el territorio para los pueblos indígenas, por parte de la Corte de Constitucionalidad, nos confirman que el Estado de Guatemala, controlado por mafias criminales, ligados al narcotráfico y otros ilícitos, junto a finqueros organizados en la Cámara del Agro, en el CACIF y otras cámaras, así como el papel que juega ACDEPRO, OBSERVATORIO DE LA PROPIEDAD PRIVADA, FUNDATERROR, AVEMILGUA, VETERANOS MILITARES, que mantienen su interés de controlar los territorios indígenas, para actividades mineras, hidroeléctricas, monocultivos y otros proyectos impulsados por los grupos de poder en el país, para su destrucción total.
La participación de militares, tanto de aire, tierra y agua, nos confirman igualmente, que esta es una guerra contrainsurgente, en donde el enemigo interno son los pueblos originarios de Guatemala. Por eso, es que, en estas acciones inhumanas e ilegales, no se respetan los derechos elementales de la población originaria, a pesar que Guatemala es parte de varios instrumentos internacionales en materia de derechos de pueblos indígenas y originarios, como el Convenio 169, la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas, ni muchos menos los protocolos sobre desalojos consensuados anteriormente con el Sistema de Naciones Unidas.
Hacemos un llamado a la articulación de los pueblos originarios de Guatemala, ante la escalada de violencia y represión, que tienen pensado realizar los grupos de poder y el gobierno de Guatemala, en los próximos meses, utilizando las fuerzas de seguridad y fuerzas militares en contra de comunidades indefensas, con el fin de desalojarlos de sus territorios, para entregárselo al capital nacional e internacional.
A las organizaciones sociales y movimientos sociales, que las fiestas de fin de año no sea un distractor para que se olviden que los grupos criminales, siguen con su proyecto de destrucción y criminalización en contra de los pueblos originarios.
NUESTRA TIERRA Y TERRITORIO NO ES OBJETO DE VENTA NI DE DIALOGO Y NEGOCIACION ¡RENDIRNOS JAMAS!
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